Toledo, Cabañeros y Villafranca de los Caballeros.

 Necesitaba un tiempo de desconexión de tanto estudio. Estaba llegando al límite y sinceramente iba a acabar muy mal, especialmente en el ámbito mental.

Estos cuatro primeros días de semana santa me fui con mi hermana, aprovechando que vive en Toledo por trabajo, un viaje que también llevaba tiempo posponiendo.

Tenía pensado hacer mínimo una salida, por distancia y pronostico del tiempo, el sitio elegido era Cabañeros, aunque también tenía en mente ir a la Sierra de Gredos.

Mi primera visita a Cabañeros empezaba de la mejor manera, buitres leonados y negros nos recibían en la entrada del parque. Destacar también el avistamiento de culebreras, milanos negros o ratoneros.

Hicimos una ruta que iba a la conocida cascada del Chorro de los Navalucillos, un verdadero paraíso de helechos, musgos y plantas de climas más eurosiberianos. Alucinaba con la diversidad de bosques, donde los encinares eran la vegetación predominante, cambiando según subías de altitud a un robledal de roble melojo (Quercus pyrenaica). Otros árboles destacables eran los abedules (Betula pendula ssp. fontqueri var. parvibracteata), tejos (Taxus baccata), acebos (Ilex aquifolium) y algún aliso (Alnus glutinosa). Entre los matorrales abundaban los brezos y la jara pringosa, típica vegetación de suelos ácidos. 

También pude ver algunas turberas a lo largo del recorrido, donde destacaban el brezo de turbera (Erica tetralix), el Mirto de Brabante (Myrica gale), o los musgos de turbera (Sphagnum).

De fauna, destacar las mariposas. Fueron las principales protagonistas, aunque también estaba más centrado en hacerles fotos. Especies que pude ver:

Zerynthia rumina, Anthocharis cardamines, Euchloe crameri, Issoria lathonia, Pieris brassicae, Aricia cramera, Callophrys rubi, Nymphalis polychloros, Polyommatus icarus/celina, Lycaena phlaeas y Coenonympha pamphilus.

Durante el resto de días, pude conocer un poco más la ciudad de Toledo. Decir que la primera vez que la visite, no me lleve una buena impresión, pero mi hermana me enseño diversos lugares del casco histórico y cambie de opinión. Una cosa me quedo clara, me gusta más Toledo de noche, me parece más misteriosa y bonita, entre las callejuelas, las luces y una sensación de estar en otra época.

El último día, de vuelta a Albacete, hicimos una parada en la laguna Chica de Villafranca de los Caballeros. Había poco movimiento en general, destacar la abundancia de pato colorado (Netta rufina)​, con algunos zampullines comunes (Tachybaptus ruficollis).

Por último quiero agradecer a mi hermana, Nacho y María, que me aguantaron los cuatro días.

Mariposa Arlequín (Zerynthia rumina).

Vegetación de ribera del Parque Nacional de Cabañeros.

Jara pringosa (Cistus ladanifer)

Níspola (Coenonympha pamphilus).

Manto bicolor (Lycaena phlaeas).

Camponotus cruentatus.

Olmera (Nymphalis polychloros).

Cejialba (Callophrys rubi).

Herrerillo común (Cyanistes caeruleus).

Pato colorado (Netta rufina) y focha común (Fulica atra).

Pato colorado (Netta rufina).

Zampullin común (Tachybaptus ruficollis).

Aguilucho Lagunero Occidental (Circus aeruginosus).