La encantadora Sierra de Albarracín.

Estos días estuve como ya es normal por tierras aragonesas, en la provincia de Teruel, para ser mas exactos, cumpliendo con la celebración de un cumpleaños de unos amigos, bueno amigos, para mi son como mi familia, incluso queriéndolos mas que a mi propia familia.

Siguiendo con la entrada, el viernes nos acercamos a Albarracín, ya eran diez años largos que no visitaba este encantador pueblo.

Salimos de Santa Eulalia del Campo relativamente pronto, con una niebla muy densa, la cual desaparecía conforme subíamos de altitud, dejando un espectacular paisaje del llano cubierto de niebla, llegando hasta Teruel capital.

Ya arriba el paisaje iba cambiando, los encinares iban dejando paso a los sabinares (Juniperus thurifera), y estos últimos dejaban paso en altitudes mas altas al pinar de Pinus sylvestris, con algunos ejemplares de quejigos (Quercus faginea), robles melojos (Quercus pyrenaica), y alguna que otra sabina en zonas de solana.

Banco de niebla cubriendo Cella.

Ya en Albarracín nos topamos con una cola de coches en la entrada al pueblo, el cual estaba lleno de turistas por todos lados, los aparcamientos estaban hasta arriba de coches, es de los pueblos mas turísticos de la provincia de Teruel y eso se notaba, sumando que también era un día festivo, pero bueno era lo que tocaba.


Estuvimos dando vueltas por las callejuela estrechas y con unas edificaciones de cuento. No podían faltar tampoco sus emblemáticas murallas, llenas de gente entre sus muros, incluso encima de alguna de sus torres.

Después de hacer unas cuantas fotos por el pueblo nos alejamos del bullicio y nos fuimos a un salto de agua situado entre Albarracín y Calomarde. La cascada es la llamada Batida del Molino Viejo, verdaderamente una joya de la sierra de Albarracín.

Sabinar de Juniperus thurifera.

Río Guadalaviar.

Pinar de Pinus sylvestris en la Cascada.

 

Buitre leonado (Gyps fulvus).

 

La zona es espectacular, rodeado de líquenes, musgos y algún que otro hongo, los animales también hicieron acto de presencia, destacando los buitres leonados (Gyps fulvus) o el busardo ratonero (Buteo buteo).

Sin duda merece visitar estos parajes y pueblos de la provincia de Teruel, no te decepcionaran.